martes, 27 de marzo de 2012

En todas partes hay taurinos (un misterio resuelto)


Un momento mágico es cuando dos aficiones, que uno creía inconexas, encuentran un punto de unión.

Llevo varias galas observando que en Gran Hermano hay un taurino. Durante las galas los concursantes han de colocarse en el salón. Como saben que están en directo, llenan las mesas de recuerdos y guiños a sus familiares y amigos. Nunca tenemos la oportunidad de verles colocando esos objetos ni hablando sobre ellos, pues carecen de importancia argumental y solamente tienen significado para su gente. 

Entre esos objetos hay un capote. 

Todas las semanas me paso media gala esperando a que llegue el momento de comprobar si el capote sigue ahí. Es la única manera que tengo de descubrirlo: el día que deje de estar, significará que su dueño fue expulsado la semana anterior. 

Ayer no sabían que había gala. Cuando se enteraron, el dueño del capote fue a buscarlo y se aferró a él como si le fuera la vida en ello, brindándome en directo la oportunidad de descubrir su identidad.

Este concursante era Hugo. Nada menos que Hugo. Hugo el guapo. Hugo el despechado. Hugo el catalán. Ahí queda eso.