sábado, 14 de julio de 2012

Hopper



Ayer fue la edición del concurso de relatos de la que yo era anfitriona por haber ganado la  anterior. El enunciado era el cuadro de arriba y la relación con éste podía ser cuan laxa se quisiera. Este es el relato que escribí yo:

La escultora

Ella se encuentra en otro sitio aunque él no sabe dónde. Él la lleva de la mano de una sala a otra. Ella mira los cuadros con interés. Él sabe que con ese mismo interés mira ella todas las mañanas el desayuno; sin poder recordar qué ha de hacer con él.

Se paran delante de un cuadro. Este en particular muestra una mujer rodeada de su equipaje. Entonces piensa él que la mujer del cuadro tampoco sabe si va o si viene. Aunque quizás se halle perdida en el mundo, las palabras escritas en ese trocito de papel que lee son para ella comprensibles. Mientras él piensa esto su mujer le tira suavemente de la manga. “¿Este cuadro es cuadrado o crees que es más bien rectangular?”. Para su mujer, que antaño fue escultora, las proporciones aún mantienen su significado.

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