domingo, 4 de marzo de 2012

Padilla, ¿el héroe?

Hoy reaparece Padilla tras la cornada sufrida en la cara en Zaragoza que le ha hecho perder la visión de un ojo. Reaparece en medio de un ambiente de gran expectación, en un cartel de lujo y con todos los medios pendientes de él.

Todo el mundo ensalza la gesta de un torero que, admitámoslo, antes de esto no hubiera entrado en un cartel así. Peligrosa me parece la senda en la que recibir una cornada que le deja a uno desfigurado de por vida suma puntos. 

Culpables somos todos del interés que suscita, pero ¿es esto el toreo? 

Entiendo yo por héroe aquel que realiza una gesta complicada poniéndose en juego a sí mismo en pro de cierto bien común mayor que él. Héctor defendía Troya, David vencía a Goliat. ¿Contra qué lucha Padilla aparte de su propio miedo? 

Lo que los demás llaman heroicidad a mí me parece temeridad. Donde ven un héroe yo veo a un necio.


Él mismo está preparando el terreno para volver por todo lo alto pero, pasado el interés de las primeras corridas, lo que nos va a quedar es un torero que en el mejor de los casos toreará igual que antes, aunque lo más probable, mermados su fuerza y su ánimo es que toree francamente peor que él mismo (ojalá me equivoque). Volver de semejante cornada no debe ser fácil (acordémonos de la última temporada de José Tomás).

Lo que yo me pregunto es ¿para qué exponerse a eso pudiéndo quedarse tranquilamente en casa? Dicen que los toreros están hechos de otra pasta: este está hecho de la pasta de la insensatez.